Un año más, el PSOE se suma al llamamiento de Naciones Unidas de conmemorar el 25 de
noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, y ratifica
nuestro firme compromiso permanente de rechazo de la violencia de Género, al tiempo que reitera
nuestra obligación de trabajar hasta conseguir su erradicación. Tenemos la convicción de que la
tolerancia cero con la violencia contra las mujeres debe ser un valor y como tal defendido por la
sociedad en su conjunto.
Más de 800 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas o ex parejas desde el año 2003,
fecha que marca el inicio dela recopilación de datos oficiales. La violencia de género es una violencia
que se dirige contra la mujer por el hecho de serlo al ser considerada por sus agresores como
personas carentes de los derechos de libertad, respeto y capacidad de decisión. Es una forma de
terrorismo al que la ciudadanía debería responder y no permanecer impasibles. Es una terrible lacra
social a la que todos hemos de hacer frente.
Los socialistas creemos y defendemos la igualdad entre mujeres y hombres como principio
fundamental. Nuestro compromiso contra la violencia de género es firme. Fue un gobierno socialista
el que aprobó la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género que
ha supuesto un revulsivo frente a la violencia de género en todos sus aspectos y que se ha
consolidado como modelo internacional. Una ley para la prevención, protección, persecución y
castigo de la violencia utilizada por el compañero o ex compañero sentimental. Una ley que
desarrollamos y pusimos en marcha durante los años de gobierno socialista.
Una sociedad decente exige avanzar hacia una sociedad segura y libre de violencia de género, que
garantice una respuesta rápida y efectiva a las mujeres que sufren violencia así como a sus hijos e
hijas. Es por ello, que los socialistas venimos reclamando un Acuerdo Social, Político e Institucional
contra la Violencia de Género, que debería estar permanentemente en la agenda política de los
partidos políticos para llegar a ser una cuestión de Estado prioritaria.
Durante los últimos cuatro años los presupuestos destinados contra la Violencia de Género han
sufrido graves recortes. Es tiempo de abordar con voluntad política y con decisión una respuesta
firme de sociedad, partidos políticos e instituciones frente a la violencia machista. Es tiempo de
soluciones. En el PSOE viene trabajando por consolidar un gran Acuerdo contra la violencia de
género que ofrecemos a todas las fuerzas políticas. Una sociedad decente exige avanzar hacia una
sociedad segura y libre de violencia de género, que garantice una respuesta efectiva a las mujeres
que sufren violencia así como a sus hijos e hijas generando y ofreciendo los mecanismos necesarios
para conseguirlo.
En primer lugar, hay que reponer y dotar suficientemente las partidas presupuestarias y por
objetivos que se han venido recortando en los últimos años, especialmente los recursos destinados
a la prevención y a la asistencia social de las víctimas de violencia de género, dependientes tanto de
las Comunidades Autónomas, como de los servicios de proximidad de los ayuntamientos.
Entendemos que es necesario crear un fondo específico de apoyo a los ayuntamientos para dar
refuerzo a la red de servicios públicos, impulsando el papel que desempeñan y deben seguir
desempeñando los servicios sociales municipales y los centros de la Mujer.
En segundo lugar hay que dotar de recursos suficientes para garantizar la eficacia de la
Administración de Justicia. Todos los estudios nos indican que las denuncias por violencia de género
no aumentan. Apenas llegan al 30% por lo que el 70% queda impune. Hay que luchar contra esta
impunidad para que las victimas tengan confianza en la Justicia y se sientan protegidas y que no
teman perder a sus hijos e hijas.
Los socialistas subrayamos la necesidad de poner en marcha en los Juzgados Especializados en
Violencia de Género el Acompañamiento Judicial Personalizado, para hacer accesible la información
a las mujeres víctimas de violencia de género sobre el itinerario y procedimiento más seguro en su
recorrido judicial, desde el momento en el que ponen la denuncia hasta el final del proceso. Cada
denuncia retirada es un éxito del maltratador en su estrategia del miedo, de la coacción, de la
amenaza. Sabemos que la violencia de género es un fenómeno complejo por tanto, quienes se
enfrentan a él tienen que estar especializados y haber recibido una formación completa y rigurosa.
Sabemos que existen fallos en la percepción del riesgo y en los informes psicosociales.
Sabemos que en numerosas ocasiones se revictimiza a las mujeres por lo que es necesaria la
obligatoriedad de formación específica en la materia, impartida por una institución acreditada
previamente a ocupar su puesto, tanto de los magistrados al frente de órgano jurisdiccional
especializado, como de abogados, forenses y equipos psicosociales que intervengan en los Juzgados
especializados de violencia de género.
La educación es otra de nuestras preocupaciones. Si no rompemos los ciclos, la violencia de género
pasará de generación en generación por lo que es materia del Acuerdo tanto el Plan Nacional de
Sensibilización y Prevención de la Violencia de Género como el Plan integral para prevenir, proteger
y reparar el daño a menores víctimas de violencia de género y especialmente, la incorporación al
currículum en todas las etapas educativas la formación específica en Igualdad, educación afectivo-
sexual y de prevención de la violencia de género. Por último, tal como han recomendado tanto la
CEDAW como Convenio del Consejo de Europa sobre Prevención y Lucha contra la Violencia contra
la Mujer y la Violencia Doméstica, estamos convencidos de que es el momento de ampliar la Ley
Integral contra la violencia de género de manera que estén recogidas en ella todas las
manifestaciones de dicha violencia y no exclusivamente las que se producen en relaciones de pareja
como ocurre en este momento.
Un año más, queremos recordar a todas y cada una de las víctimas mortales de la violencia de
género. Mujeres con nombres y apellidos, con una vida por delante que se fue truncada por una
violencia cruel ejercida, precisamente, por la persona con la que un día decidieron compartir su vida.
También, a todos los menores, a los hijos y las hijas de los maltratadores, víctimas a su vez de esta
violencia.